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En 1986 y a raíz de unas obras realizadas en los colectores de la ciudad, fue levantado el asfalto de la calle General Elio, y bajo ella aparecieron los restos del palacio, cosa que por otra parte se conocía. Después de una fuerte polémica sobre si los restos debían vueltos a ser enterrados o dejados al descubierto, se optó después de hacer las catas e investigaciones correspondientes por volver a enterrar los restos ya que la calle es una de las arterias principales de la ciudad. Por tanto los restos permanecen nuevamente enterrados bajo el asfalto de nuestra ciudad. Lo único visible es un pequeño montículo existente en los Jardines del Real, conocida como la montañeta del General Elio que se dice está formada por los cascotes que se fueron acumulando en el momento de la destrucción del palacio. Montañeta que hoy forman parte integrante de los Jardines del Real.
Ahora, la “patata caliente” que supuso el hallazgo del palacio en la calle General Elío en 1986, quedará totalmente al margen. ¿El motivo? Los arqueólogos saben perfectamente dónde está lo que quieren excavar y sacar a la luz gracias a los planos hallados en el Archivo Nacional de París por el Geógrafo e Historiador Josep Vicent Boira, en el 2006. Y veintitrés años después que se descubrieran por primera vez, los valencianos asistirán de nuevo al apasionante viaje al pasado que supondrá la excavación de los restos del Palacio Real.
EMR, la misma empresa encargada de la restauración de la Lonja, la Basílica de Valencia y los puentes históricos del antiguo cauce del río, es la seleccionada para llevar a cabo los trabajos de excavación, restauración y musealización de los restos. Esta intervención se basará en el conocimiento topográfico y planimétrico, así como en las excavaciones anteriores del lugar para que el daño al arbolado sea mínimo y contará con un gran número de especialistas, entre arqueólogos, restauradores, topógrafos, etc.
Este proyecto se financiará con el “Fondo Zapatero” de Ayudas a los Ayuntamientos y supondrá una inversión de 1,2 millones de euros. Si todo discurre según lo previsto, los valencianos podrán admirar 70 metros de fachada del antiguo palacio el próximo octubre dentro del jardín de Viveros.
Recreación de lo que fue el Palacio del Real, visto desde la Alameda
El arquitecto
responsable del proyecto dijo que ya se reunió a principios de febrero con
técnicos de Jardines para comprobar dichas afecciones. "Cambiaremos el proyecto
en una zona donde hay dos árboles que no se pueden trasplantar a otro lugar".
Acerca de si la excavación obligará a mover otros árboles, dijo que
existe esa posibilidad, aunque está todo por concretar. Lo mismo afirman desde
la concejalía de Parques y Jardines, quienes precisaron que sólo hubo una "toma
de contacto" con los encargados del proyecto. Lo que no pasará de ninguna manera
será una excavación indiscriminada por el jardín de Viveros, un parque protegido
al tener también carácter histórico patrimonial.
Lo que aún se desconoce
es qué quedó de la edificación tras el derribo,
puesto que nunca hasta ahora se ha excavado el lugar. La previsión es que la
cota del palacio permanezca relativamente elevada, en torno al metro como
mínimo, debido a la propia dinámica de una demolición tan atropellada como la
que se llevó a término en el siglo XIX.
Y es que los españoles tiraron al suelo a base de pico y pala los muros de la
construcción sin detenerse siquiera a desescombrar.
Eso fue, a la postre, lo que detuvo su tarea destructiva antes de que las
paredes quedasen arrasadas al nivel del suelo, puesto que los cascotes
colmataron las estancias e impidieron proseguir con la demolición.
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